El próximo año nuestro distrito de Tures cumple cincuenta años de fundación, un logro alcanzado por el esfuerzo de muchos de nuestros abuelos liderados por Rafael Artavia y Carlos Villalobos, verdaderos baluartes de la comunidad, que abriéndose paso entre la grandeza de un pueblo de agricultores y ganaderos pudieron hacer valer la voluntad popular y lograron no solo fundar un distrito sino también dotarlo de una cañería de agua potable, de un centro de salud, formar una Asociación de Desarrollo Integral y remozar la escuela; todo esto en menos de veinticinco años, pero tal parece que para un sector del Concejo Municipal de Santo Domingo, el día 10 de diciembre de 1971, no sucedió nada importante de interés cultural para el cantón de Santo Domingo por lo que bien valga la pena otorgar parte del presupuesto del año 2021 para conmemorar tal acontecimiento.
Resulta indignante que los regidores que han sido elegidos por el pueblo precisamente para defender sus intereses y su bienestar procurando la igualdad utilicen sus puestos para dedicarse a hacer política barata y tras corrillos puedan ponerse de acuerdo para catalogar de poco relevante el aniversario de fundación de un distrito como Tures que es parte importante del cantón de Santo Domingo.
Separar truculencia de política ha resultado una tarea dantesca a lo largo de la historia pero un acto como el del pasado 11 de setiembre durante la transmisión en vivo de la sesión municipal raya en una falta total de respeto por parte del presidente del Consejo Municipal Isaac Ramírez al cerrar repentinamente la sesión sin dignarse a responder no solo a la regidora del MAS María Elena Ordoñez, que pedía se le diera la oportunidad a los síndicos para defender las peticiones de sus respectivos Concejos de Distrito, sino también a los ciudadanos, principalmente de los distritos del este, que a través de sus comentarios, durante la transmisión, solicitaban que se le permitiera a la síndica Sigrid Cruz defender en vivo la solicitud de fondos para la conmemoración del aniversario número cincuenta del distrito sétimo del cantón Santo Domingo.
Quedó más que evidente que es imposible que una persona que no siente ningún tipo de arraigo o de empatía por un pueblo pueda darle importancia a sus actividades culturales.
Aporte invaluable sería si durante la campaña política los regidores de Unión Domingueña, Liberación Nacional y la Unidad Social Cristiana hubieran solicitado votos a la población con el mismo respeto que mostraron al abandonar la sesión y dejar al pueblo con la palabra en la boca sin la menor explicación de su poco transigente actitud.
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