Cuando pensamos en la época de fin de año se nos vienen a la mente la tamaleada, los arbolitos de navidad, los ventoleros y las corridas de toros. Para los más jóvenes la alegría llegará a través de la salida a vacaciones, sinónimo de levantarse tarde y disfrutar de las tardes soleadas jugando una buena mejenga. Para los “no tan” jóvenes, llegará el tan ansiado aguinaldo, las fiestas y darse algún “gustico” para el cual se ha esperado todo el año. Empezarán a sonar por doquier villancicos y otras famosas canciones como “Navidad es Navidad”, “Ven a mi casa esta Navidad”, “Navidad sin Ti” y una que otra pieza pegajosa de corte anglosajón hablando de nieve, cascabeles y trineos. En fin, muchos hogares y comunidades se llenan de color y vida, y aunque sea por unos días, tratamos de olvidar los problemas y disfrutar al lado de nuestros seres queridos.
Tenemos también otras tradiciones que se han abierto paso en nuestra sociedad y que para muchos son tan infaltables como hacer el Pasito, decorar la casa o ir a la Posada. Tenemos por ejemplo la compra del Gordo Navideño, el cual atrae no solamente a los fiebres por la lotería, sino también a los que nunca juegan pero caen en la tentación gracias a un familiar o amigo que los impulsa a comprar un entero entre varias personas, con la esperanza de pegarse el tan ansiado premio y así “salir de pobres”. Últimamente llama la atención también los Festivales de Navidad que las municipalidades organizan en diversos cantones, descentralizando los desfiles capitalinos e impulsando la participación de bandas, coros y carrozas, muchos de ellos a cargo de artistas locales. No podemos olvidar el famoso Amigo Secreto que se juega en empresas y familias, donde nunca faltan las quejas por el “amigo” olvidadizo o despistado que no compró lo que le pidieron.
Podemos entonces concluir que Diciembre es un mes muy esperado y que muchos desearían extender por más tiempo. Los olores, los sabores, los colores y hasta los sentimientos son definitivamente diferentes a los del resto del año y logran sacar lo mejor de nosotros. Ojalá esta época y todo lo que ella representa, nos motive a ser más solidarios con nuestros coterráneos, para fijarnos más en las necesidades de los demás y menos en las nuestras, y que sepamos ser siempre humildes y trabajadores como aquella Familia iluminada por la Estrella de Belén.
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